Por Jorge Portero
Una cosa es el respeto y el buen gusto de la corrección política , y otra la hipocresía. Podemos cuestionar desde la primera carencia, por ejemplo, a Cristina y sus chabacanos (aunque con fuerte contenido) tweets “che milei”.
Pero -en definitiva- puede ser que mis gustos estéticos discursivos -y mis exigencias éticas e ideológicas- no sean los de gran parte del pueblo, que le aseguran a Cristina la fidelidad y admiración de su núcleo duro y de parte del progresismo populista.
La otra cosa, la manifiesta hipocresía discursiva, la ejerció Kicillof, al desdoblar la elección en la Provincia. En lugar de blanquear las razones políticas subyacentes (disputa del liderazgo perokirchnerista en miras al 2027, posibilidad de evaluación concreta de las gestiones municipales y la provincial, etc.) se recurre a un endeble argumento electoral procedimental.
Afirma el gobernador que el problema es la complicaciòn (demoras, confusiones) de aplicar dos sistemas electorales en la misma jornada, el de la boleta única de papel para los cargos nacionales ,y el tradicional de boletas de listas de papel partidarias. Sus adláteres invocan el problema que se dio en CABA, cuando convergieron dos sistemas electorales el mismo día, con la emblemática foto de una candidata (la hoy ultramileista bullrich) contrariada y demorada por la rebeldía impediente de la máquina/urna electrónica.
Omiten que casi nada tiene que ver ese sistema electrónico con el (probado eficazmente en otras provincias ) de la boleta única de papel. La supuesta imposibilidad de que voten todos en cada mesa en ambas categorías (nacional y provinciales) en el tiempo necesario es falsa, una falacia argumental. Pero supone que todos “fingiremos demencia” aceptando la mentira piadosa para no vislumbrar el efecto irritante de la verdad.
Una argucia de un reputado honesto -aunque apoyado por muchos corruptos- que mira al futuro frente a una líder que se ¿acerca? a los abismos del pasado y de la inhabilitación legal. Una invitación a que los bonaerenses peroprogrepopulistas se chupen el dedo para lograr neutralizar la vigencia de Cristina y de SU dedo.