
La libertad sin sujeto es una libertad vacía de sustancia, un recipiente sin contenido.
Veamos, por un lado 40 años sucesivos a la dictadura cívico militar, un tiempo demasiado largo de despropósitos entre buenas y malas intenciones que incluye y culmina con el fenómeno K, Por otro lado tenemos la inquietante propuesta de un capitalismo anarco, narco, fundamentalista y en el medio, el pueblo deseante, deseoso. Naufragando en su deseo está el pueblo.
Seguramente que no ha de ser esto el resultado de algún maleficio satánico o cosa por el estilo, entonces estaría bien, quizás pensar, que somos nosotros los responsables, los que a estas alturas de la civilidad no hemos logrado asumir la responsabilidad de elegir con el saber que da la experiencia, lo pasado, porque la historia nos habla y se repite porque no sabemos escucharla
2024, año en que el voto ciudadano y las componendas de siempre hacen que entre al frente de la escena política del país un ajeno adicto al maltrato, un Cazador Furtivo. Un incendiario anarco capitalista a ultranza que enciende la mecha y mira para otro lado ? Me surge pensar en el Nerón del Show que mientras Roma ardía recitaba y tocaba el laúd. Seguramente nuestro Cazador no toca el laúd en sus shows pero sí enciende la mecha, canta y baila. Sabemos que entonces como ahora, los incendios ciudadanos nunca terminan bien
Pero veamos quién es este personaje que en lugar de escopeta empuña una motosierra; ¿un enajenado no medicado, un enviado mesiánico, un sicario del Mercado, en todo caso una lamentable reedición de personajes ya vistos, como quiera que sea no estamos ante ninguna primicia, basta con mirar a los costados y un poco hacia atrás para ver editados en el mundo escenarios semejantes con personajes semejantes.
Asistimos en diciembre del 2024 a la puesta en marcha de un plan de gobierno que no nos era ajeno, sabíamos de qué y de quién se trataba la cosa, lo que no sabíamos al menos del todo, era quien era ese personaje ejecutor del plan, nada sabíamos sobre su humanidad, esa que le da al individuo sentido a su identidad, salvo algunos detalles bien acomodados en el lenguaje de los medios
Pronto nos dimos cuenta de su falta de sensibilidad, de su carencia absoluta de humanidad al punto de que en el algorítmico discurso ante los alumnos de la escuela de la que fue alumno, vio desplomarse al pibe abanderado que estaba a su izquierda y sin siquiera actuar un sentimiento, sonrió e hizo un pobrísimo comentario acerca de su contrariado zurdismo. Dicen que para muestra basta un botón pero en este caso los botones abundan
Dicho esto, aquellos que procuramos ser autocríticos y elevar en lo posible cada día nuestro nivel de conciencia, quienes queremos que en cada acto del gobierno sea representada nuestra voluntad soberana expresada en el voto y no que el voto sea el instrumento que faculta, a quien por el voto gana, a hacer lo que y cómo le dé la gana, quienes pensamos al estado como un custodia, aunque perfectible, de los intereses de cada uno y de todos, los que estamos a favor de un capitalismo juicioso (a pesar de lo difícil que es encontrar un capitalismo juicioso) cuyos intereses converjan con los del bien común, los que estamos contra todo tipo de guerra y cualquier otra forma de sin razón que comprometa la vida y la seguridad de las personas, quienes estamos por el intento cotidiano de encarar el propio proyecto individual en sintonía con el colectivo, condenamos esto a lo que estamos asistiendo y todo lo que en adelante atente contra esos ideales.
Es por todo esto que debemos estar atentos porque la historia nos muestra que dadas las circunstancias ciertas atrocidades pueden repetirse, y cuando las cosas suceden no pasan, quedan en las consecuencias, y en ese estancamiento nos va la vida, la nuestra y la futura.
Es en este sentido que, si bien es cierto que lo que puede acontecer bajo el rigor libertario de este ultra liberalismo anárquico y totalmente deshumanizado al que estamos asistiendo, puede no ser lo mismo que lo acontecido con el fundamentalismo fascista de los años 30, de no estar atentos podríamos llevarnos una gran sorpresa
Todos los fundamentalismos apuntan en el sentido opuesto al sentido del bien común, sus valores excluyen el valor del bien y el cuidado de las personas y en el peor de los casos, de eso hay sobradas muestras, la propia vida.
Repasando un poco la historia
Vemos que en aquel entonces de los 30, más bien desde el mismo fin de la primera guerra mundial, los líderes políticos de las Potencias europeas con los estados unidos como principal socio autoexiliado a la cabeza, se hicieron los distraídos los largos 10 años que precedieron a la segunda guerra, y le hicieron un guiño al avance de la provocación nazi fascista. La razón de esa “distracción” claramente era, como lo es hoy, facilitarle las cosas al mercado de la industria armamentista, un negocio que no avanza sin guerras. Ahora bien, procuremos ver qué parte de todo eso nos toca hoy, en las actuales circunstancias. Claro que no son los mismos líderes, ni los mismos escenarios y ya vivimos las consecuencias de la guerra, eso seguro que no, pero tenemos elementos de juicio más que suficientes para no caer en la tentadora oferta de la distracción. La mecha está encendida, no esperemos a que el fuego gane las calles. No cometamos el error de hacernos los distraídos, haciendo el guiño a lo que está a la vista.
El fracaso de las políticas del llamado populismo K (aunque la palabra populismo no me parezca la más acertada) hizo que mucha gente se aferrara al mensaje mesiánico del “viva la libertad Carajo”, como quien viendo naufragar su nave se aferra a cualquier cosa por no morir ahogado, no se le pide certificado de garantía a una tabla en tales condiciones. Lo hecho, hecho está, pero seguir callados esperando a ver qué pasa, como siguen los acontecimientos a la pobre luz de los algoritmos mesíanicos del gobierno sería, hoy como ayer, ser cómplices.
La tabla y el náufrago
El Mercado cuenta con múltiples recursos para teñir de veracidad lo falso, para volver inoperante el juicio de las personas, en particular de aquellas que, con poca gracia, son llamadas común y corriente. Con la conciencia idiotizada se pierde la chispa que da luz a la vida, entonces la persona se vuelve opaca y aunque viva no vive, vegeta. De esos múltiples recursos con que cuenta el Mercado ya hablaremos en otro momento
En los estados unidos, según una publicación, el 50 % de la población entre 20 y 40 años padece de “depresión” (no son datos precisos pero sí fidedignos). Parece que los expertos colegas americanos confunden un cuadro clínico, la depresión, con algo que podríamos llamar “depreciación de la vida”, se trata de victimas de esos recursos del mercado que tienen por función hacer que la gente muera sin estar muertos. Lo que bien podría llamarse “Intoxicación por exceso de anarco-narco-capitalismo”,
Ya en otro momento, hablaremos de esas múltiples formas y maneras con que cuenta el Mercado para matar en vida, haciendo de cuenta que cuida